sábado, 19 de noviembre de 2011

Lo incómodo de lo incierto










Incertidumbre, pocas palabras incomodan más desde el punto de vista económico. Se aproximan unas elecciones en las que poco o nada se conoce del plan económico del candidato al que las encuestas postulan como ganador. El 17 de noviembre la rentabilidad de los bonos españoles a 10 años ha superado en la subasta del Tesoro el 7% y la prima de riesgo ha rozado los 500 puntos. Esta situación ha generado que el mundo económico haga una petición casi unánime y es que las decisiones del gobierno que gane el 20N no pueden esperar, deben tomarse acciones el 21N. Históricamente una victoria por mayoría absoluta era sinónimo de estabilidad, y de sensación de certidumbre por los agentes económicos. Pero esto no sirve de nada sin un mensaje claro, más bien todo lo contrario, si gana por mayoría absoluta aquel del que no sabemos nada de nada ¿Qué sucederá?

Además es necesario que sea quien sea el próximo presidente y gobierno comience a tomar medidas inmediatamente, en este sentido no debiera demorarse el traspaso del poder ya que los mercados meten prisa. Respecto al resultado electoral otro concepto que considero interesante es el de mayoría absoluta. ¿Acaso el próximo presidente no va a estar de manos atadas por Europa? Lo va a estar, y no es ya una cuestión de carácter, tengamos en cuenta que la política monetaria la maneja Europa y la fiscal está encorsetada por las normas que desde Bruselas se establecen.

Mientras tanto, ¿Qué se pregunta el español medio? No hay que andarse por las ramas ni acudir a la bolsa, ni al tesoro. Al español estándar le importan y le preocupan las siguientes cuestiones:

- La evolución futura del precio de la vivienda

- La estabilidad y pervivencia de los servicios públicos tales como sanidad o educación

- La estabilidad bancaria

- La creación de empleo

- La evolución de los precios



Borja Montaño Sanz

Departamento de Análisis Económico Aplicado

Universidad de Alicante