En los modelos macroeconómicos que emulan el funcionamiento de la economía se estudian los efectos de cambios en el gasto público y en los impuestos. Uno de los modelos más empleados por reunir buenas condiciones en tanto a realismo y sencillez es el conocido como IS-LM. En este modelo se estudia el equilibrio entre el mercado monetario y el de bienes y servicios. La ecuación del PIB según ese modelo es:
Y = C + I + G + XN
Siendo:
Y: nivel de renta
I: inversión
G: gasto público
XN: exportaciones netas
Cuando se desglosan cada uno de los componentes (ya que por ejemplo el consumo depende del nivel de renta, de los impuestos fijos y variables, de la propensión marginal al consumo…) se llega a una conclusión fundamental.
Un incremento del nivel de gasto y de impuestos en la misma magnitud genera un incremento de la renta. Es decir, en lugar de anularse como parece obvio a simple vista, cuando el sector público ingresa y gasta la misma cantidad de dinero (ojo, desde un punto de vista teórico, por supuesto dejando de lado corrupción y despilfarro absurdo) el impacto sobre la economía es positivo.
La visión general de todos los expertos económicos es que un presupuesto público debe de servir además para hacer de contrapeso al ciclo económico, y desde un punto de vista teórico, esta medida no sería del todo entendible. Pero, seamos conscientes de que nuestro político medio en materia económica está enfermo, tiene “deuditis crónica”. Hemos olvidado todo, si un día lo supimos. Si tenemos en cuenta el paradigma de que todas nuestras administraciones se vienen endeudando como costumbre, es una excelente medida la de ponerle un techo a la deuda, y en este sentido le doy mi más sincera enhorabuena a Gobierno y oposición por llevarla a cabo. Ahora bien ¿Y si un día nuestro político entra en razón? ¿Por qué vamos a atarles los brazos a los políticos futuros? Ya bastante era con haber perdido la política monetaria ¿y ahora vamos a mermar la fiscal? En mi opinión es una buena medida si se le pone fecha de caducidad, es como meter a un delincuente en la cárcel para que se reforme, pero nosotros le estamos poniendo la perpetua, y esto quizás es menos cabal. Esta crisis no debe de acongojarnos para todo nuestro futuro económico.
Borja Montaño