sábado, 23 de julio de 2011

Cambios constantes







La semana pasada me preguntó un familiar ¿Qué piensas del avance de los valores y la ética en la sociedad actual? Yo sin duda, le expresé que vamos a mejor. Su cara fue de sorpresa, obviamente no pensaba igual que yo. Lo que él me argumentó es algo que está en mente de muchos y que afortunadamente es una ilusión, aunque desafortunadamente tiene efectos nocivos. Mi familiar estaba horrorizado por los múltiples episodios de violencia que se desataban casi a diario en diversos países del mundo, estaba escandalizado por los numerosos casos de mujeres muertas a las manos de hombres machistas y en especial me dijo “me preocupan dos cuestiones, el barco de la economía nunca había tenido tantos agujeros, y la corrupción e impunidad de los políticos jamás había sido tan descomunal”.

De algunas de las cuestiones citadas entiendo algo y de otras menos, pero vayamos punto por punto. La idea de que los seres humanos son pacíficos por naturaleza y corrompidos por las instituciones modernas nos hizo soñar durante mucho tiempo con un pasado idílico. Sin embargo, los científicos sociales nos llaman al desengaño: no todo tiempo pasado fue mejor, sino todo lo contrario. El profesor de psicología de la Universidad de Harvard Steven Pinker sostiene que las sociedades de nuestros antepasados fueron enormemente más crueles y violentas que las de la actualidad. Esto es extrapolable tanto a los episodios de fanatismo en las calles como a los casos de violencia machista. ¿Por qué percibimos este problema como más grave, y qué pasa con la economía y los políticos? Lo que tenemos es un exceso de información, que jamás había sido tan grande. Es un error pensar que la corrupción de los políticos haya ido a más o que la economía esté más agujereada que nunca, lo que sucede en realidad es que los medios de comunicación trasladan esta información de un modo más eficaz que nunca, consiguiendo con gran éxito fijar estos asuntos en el día a día de las conversaciones de la gente.

¿Tiene esto efectos y relación con la crisis económica y con su e expansión? Sin lugar a dudas, en primer lugar porque nos hace ser conscientes en todo momento de la gravedad de la situación. Pero a su vez, se genera un nefasto efecto rebote. Ya que cuando somos conscientes de que la situación económica es peor, disminuimos nuestro consumo, lo cual a su vez genera que la situación económica esté peor y así sucesivamente. En el libro “El viaje de la felicidad” de Eduardo Punset se establece como tesis que la felicidad es la ausencia de miedo. Si tenemos en cuenta que a menudo la información que nos llega de los medios nos asusta. Debiéramos preguntarnos ¿Hacen bien o mal en nuestra calidad de vida el avance progresivo de los medios y tecnologías de la comunicación? ¿Fluyen en proporción buenas y malas noticias, o por el contrario unas son mayoría frente a las otras? Nuestra vida cotidiana está cambiando a golpe de blackberry y páginas webs.

Borja Montaño Sanz

Doctor en Economía

domingo, 10 de julio de 2011

¿Quién es el culpable?













En la película de los impagos de las hipotecas, al igual que en otros géneros hay “malos” y “buenos” o al menos esto es lo que parecen hacernos creer los bancos. Los americanos son los líderes mundiales en la industria del cine, es por ello que se han convertido en el referente mundial de una película dramática, las hipotecas a los NINJA. El término NINJA viene del inglés: No income, No Job, No Assets. Significa que son personas que no tienen un trabajo ni salarios de ningún tipo, ni tampoco poseen bienes. No obstante, en EEUU los bancos concedían hipotecas a los NINJAs pero ¿Por qué? El truco de este movimiento estaba en que los precios de las casas siempre subían, de modo que si se producía un impago (lo cual era probable) el banco se quedaría con la casa y como su valor habría aumentado, aún así suponía una operación beneficiosa. Claro que, la estabilidad del modelo se basaba en una subida continuada del precio de la vivienda y algunos advertían que esto no iba a durar siempre. De entre los que explicaron las posibles consecuencias de que los precios de las viviendas dejaran de subir, nadie fue tan lejos como ha ido la propia realidad, nada más y nada menos que una crisis bancaria mundial. En España tenemos la versión en cine español de esta superproducción americana. Aquí los bancos concedieron numerosas hipotecas al límite. Partamos de la base de que en términos económicos se aconseja que una familia no destine más del 40% de su renta al pago de la vivienda (aunque lo ideal sería 30%-35%), pues se concedieron diversas hipotecas en las que partiendo de una renta familiar de 2.000€ se pagaban hipotecas de 1.100€, o familias que cobrando mil euros aproximadamente pagaban hipotecas de 600€ o incluso superiores. Esto era un sin sentido, ya que el mínimo traspiés económico, sin necesidad de llegar al desempleo, tenía como consecuencia el impago. Las consecuencias son un gran número de dramas familiares pero, ¿No tiene tanta culpa quién concedió la hipoteca como quién incurrió en el impago? El día 1 de julio el Consejo de Ministros aprobó un paquete de medidas de protección para las víctimas de ejecuciones hipotecarias. Entre las medidas planteadas destacan subir hasta casi mil euros la parte blindada del sueldo ante embargos y aumentar a un 60% el valor de tasación en el precio mínimo de un inmueble subastado.

La situación es dramática para muchas familias que viven esta situación. A menudo, tras el embargo de la vivienda la deuda no queda saldada y es necesario además seguir pagando la casa. Realmente, cuando analizamos esta situación, salta a la vista que hay algo que no está funcionando bien desde el punto de vista de la regulación. Si nos ponemos del punto de vista del hipotecado la sensación de que están abusando de nosotros es tremenda, no solo nos quitan ya no una vivienda sino nuestro hogar, sino que además después seguimos (en muchos casos) teniendo que pagar porque el banco ha tenido tanta prisa que ha decidido venderla barata. Y además otro tema sorprendente es ¿Dónde están estas casas que se subastan? ¿Acaso hay alguien que piense que este trámite se hace con una completa transparencia y suficiente publicidad como para que el banco cobre lo necesario para no tener que seguir cobrándole al hipotecado? Creo que es necesario hacer alguna que otra reforma. Es necesario hacer reflexionar a los banqueros en torno a quién es el culpable de esta situación.

Borja Montaño Sanz

Doctor en Economía Aplicada