domingo, 17 de octubre de 2010

Parece que Sedano quiere hacer un "Simpa"









Los efectos globales de la crisis han pasado ya en su mayor parte, las consecuencias locales alcanzarán su máximo exponente en el año venidero. El ejercicio de 2011 será sin duda uno de los más complicados en términos económicos para la mayoría de los municipios de España. Los efectos de la crisis, serán más o menos agudos según haya afectado a cada municipio y según la política económica que este haya llevado a cabo para hacerla frente. Las restricciones impuestas dificultaran o prácticamente imposibilitaran el recurrir al endeudamiento. Por otro lado, los efectos de la crisis, que en el caso de Alcoy son especialmente agudos reducirán la recaudación. Será inevitable reducir inversiones y gastos para evitar el colapso de las arcas municipales pero ¿Dónde se harán los recortes?

29.253 millones de euros es la deuda total de los ayuntamientos en España, de los que 14.779 corresponde a las capitales de provincia. La ciudad más endeudada, con bastante diferencia respecto a las demás es Madrid con 7.145 millones de deuda, seguida de Valencia con 862, Barcelona con 794, Zaragoza con 760, Málaga con 712 y Sevilla con 519. Es claro que los efectos de la crisis más sonados son los globales, pero quizás los más agudos son los locales. Es en el ámbito municipal donde la capacidad de reacción es menor y donde las consecuencias están más cercanas. Parece existir unanimidad en cuanto a la necesidad de recurrir a un nuevo modelo de financiación que permita obtener una mayor suficiencia financiera y más recursos para cubrir las competencias impropias.

El caso más grave es el de Madrid, que atendiendo a las normas establecidas por el Ejecutivo central, no podrá solicitar más créditos. El aspecto más preocupante es el pago de los proveedores, entre otros motivos porque varias patronales han amenazado con no pagar a sus trabajadores si el ayuntamiento no les paga lo que les debe, cifra que asciende a unos 250 millones de euros en conjunto. En el caso de Barcelona, que es menos preocupante, la deuda se destina a incrementar la inversión. En el caso de Alcoy la deuda es una costumbre, parece haber sido considerada como una cifra que año tras año debe de aumentar. Esta situación debe de solucionarse de un modo paulatino y sano para la estabilidad económica de la ciudad. Algún gobierno tendrá que hacerse cargo de la deuda municipal en Alcoy, y en gobierno del PP ya ha dejado claro que no tiene la intención de hacerlo. Lo más injusto a este respecto, es que cuando el futuro Gobierno de Alcoy tome las riendas de la economía, probablemente en 2011 y de la mano de Antonio Francés, tendrá que pagar las facturas del gasto incontrolado del PP. Pagarán justos por pecadores. Y de no ser bien explicado a los ciudadanos, esto puede dar una visión sesgada de las capacidades de unos y otros, porque todos sabemos hacer cosas si nos endeudamos, pero lo complicado es hacerlas mientras se ahorra. Parece que Sedano quiere hacer un "Simpa" (dícese del que se va sin pagar).

sábado, 2 de octubre de 2010

El paro del 29-S fue un fracaso para el 65% y un éxito para el 11%

La huelga general ha debilitado por igual a los sindicatos y al presidente del Gobierno. Ninguna de las dos partes ganó la confrontación y ni siquiera fue un empate, sino que se ha convertido en una doble derrota. Así lo revela la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS, el primer sondeo realizado sobre la protesta del pasado miércoles, en vísperas de que el Gobierno y los sindicatos intenten un acercamiento para el que aún habrá que esperar que cicatricen las heridas. Los datos forman parte de una macroencuesta que EL PAÍS ofrecerá mañana íntegra y en la que se incluye la estimación de voto de los partidos.


Sólo un 21% de los trabajadores encuestados, algo más de tres millones de personas, asegura que hizo la huelga, pero del sondeo se deduce que no hay ganador del pulso del 29-S. En las dos grandes huelgas generales anteriores, la de 1988 y la 2002, ganaron claramente los sindicatos porque consiguieron que Felipe González y José María Aznar rectificaran las decisiones que provocaron la protesta, pero esta vez la valoración es mucho más pesimista.

González retiró el plan de empleo juvenil y Aznar sacrificó a su ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, y rectificó su leve reforma laboral. Pero esta vez, el Gobierno asegura que no rectifica la decisión del parlamento y los ciudadanos no perciben a los sindicatos ganadores.

El miércoles un 84% de ciudadanos se sintió libre para actuar ante la protesta, participando o no en la huelga, pero un 14% asegura que se vio coaccionado para hacerla o para no hacerla. Es decir, que a un 7% le coaccionaron los piquetes para no trabajar y otro 7% se sintió forzado por los empresarios para no participar en la protesta. La extrapolación de esos porcentajes se traduce en que casi dos millones y medio de trabajadores se sintió intimidado el miércoles.

Un 6% de españoles, unos dos millones de personas, declara haber participado en las manifestaciones que cerraron la protesta.

La impresión de que la huelga general fue un éxito sólo la tiene el 11%; para el 65% fue un fracaso y el 16% se queda en la zona intermedia del empate, del combate nulo en el enfrentamiento entre los sindicatos y el Gobierno. Por supuesto, la opinión de que fue un fracaso está más extendida entre los votantes del PP, llegando a un 81%, frente al 58% de los votantes del PSOE, que mantienen una afinidad ideológica con los convocantes. De hecho, el propio Zapatero participó en la manifestación que cerró la huelga contra Aznar y luego, como líder de la oposición, exigió una rectificación.

En coherencia con la opinión negativa sobre el resultado de la protesta, la mayoría de los españoles considera que no estaba justificada y que, además, era poco o nada oportuna.

Un 34% de los que creen justificada la protesta, asegura que no participó en ella. Descontado el porcentaje de los que se declaran coaccionados, puede deducirse que uno de cada cuatro españoles veía motivos para la huelga, pero no quiso sumarse a ella



FERNANDO GAREA - Madrid - 02/10/2010

29 de Septiembre. ¡Unidos y responsables los españoles a trabajar!





En este artículo vamos a analizar la huelga general que han convocado para el próximo 29 de Septiembre los sindicatos UGT y Comisiones Obreras. Cabe señalar algunos hechos relevantes y destacables de esta huelga como que es la séptima de la democracia y la primera que se va a producir siendo Zapatero el presidente de España. El motivo por el cual los líderes sindicales justifican esta convocatoria es porque a su juicio la Reforma Laboral llevada a cabo por el Gobierno lesiona los derechos de los trabajadores. A este respecto considero conveniente hacer algunas matizaciones. En primer lugar creo que el debate debiera centrarse más en el fin y menos los medios. El objetivo de esta reforma es conseguir un mayor dinamismo en el mercado laboral, para así poder agilizar la contratación y aumentar la competitividad y productividad. Esto no es ningún disparate, y no por repetirlo muchas veces lo va ser, el mercado laboral es en definitiva un mercado. El Partido Popular y la Patronal lo entienden así, de hecho piden que la reforma vaya más allá, por otro lado partidos como Esquerra Republicana o Izquierda Unida votaron en contra de esta reforma, pero cabe recordar que los dos partidos mayoritarios desaprueban esta huelga general y estos representan a la gran mayoría de españoles. En este sentido hay que destacar que en tanto que es una reforma que busca el consenso, que se pide mayor por la derecha y se rechaza por los partidos situados más a la izquierda del PSOE, es una reforma de centro que busca un equilibrio. Todos deberíamos de tener en cuenta que cuando un empresario contrata a un trabajador debe hacer números para todos los escenarios económicos posibles, incluido que el negocio vaya mal y haya que proceder al despido. En este sentido un mayor coste del despido implica un incremento del coste laboral y por tanto una menor contratación, pues con el nuevo trabajador la empresa adquiere un riesgo añadido. Esto es algo básico y de fácil comprensión sin necesidad de entrar en más detalles, podemos discutir de si crea mucho o poco empleo, pero negar que reduce los riesgos de los empresarios es negar una evidencia.

A la hora de justificar sus posturas todos los interlocutores políticos tienen un poco de razón, permítanme que me explique ¿produce esta reforma una lesión de los derechos de los trabajadores? Hay que reconocer en parte perjudica al trabajador, pero ¿es esto acaso el fin de la reforma o es una indeseada consecuencia? Estas medidas se han tomado para reducir el problema número uno que tenemos ahora mismo, el desempleo. Éste nos debería de afectar a todos, no solo al parado, no solo a quienes tienen familiares desempleados, todos los españoles tienen derecho a un trabajo digno. Nunca deberíamos perder de vista esto que un día acordamos, no es algo que diga yo, lo dice la Constitución Española. Esta huelga general es un acto de fuerza para reforzar una petición de los sindicatos que en parte va en contra de los desempleados, esto es así, solo se están preocupando por quienes tienen trabajo pero ¿no deberíamos ser solidarios? Esta huelga supone por otro lado una inmolación de nuestro sistema productivo durante toda una jornada laboral, lo cual es nefasto ahora mismo. Confío en que no somos tan diferentes como algunos políticos o sindicatos nos quieren hacer creer, yo creo que todos queremos lo mismo y no debemos dejar que nos separen. Por suerte una gran mayoría de gente rechaza y rechazará esta huelga, porque los españoles estamos unidos, somos un gran equipo, una nación unida y sabemos el problema del desempleo. Actuaremos con solidaridad.

Borja Montaño