domingo, 12 de junio de 2011

¿Y si tampoco hay un plan B?














En Alcoy el nuevo alcalde hereda una ciudad con una exagerada tasa de desempleo junto con una deuda elevada y agravada en los últimos ejercicios a causa de la disminución de los ingresos. Frente a este cuadro de diagnóstico la teoría económica plantea soluciones desde la austeridad y desde el derroche, todas ellas potencialmente válidas en tanto en cuanto sean bien empleadas. El premio Nobel de economía Paul Krugman en un reciente artículo del New York Times “When Austerity Fails” explica que no deberíamos preocuparnos por el despilfarro y el nivel de deuda, en vez de esto deberíamos incentivar el crecimiento económica ya que este solucionaría el problema.

En contraposición a lo que municipios como Alcoy han venido haciendo, la receta Krugman sostiene que las políticas que incentiven la creación de empleo son las más eficaces y efectivas para aminorar la deuda relativa. La escuela keynesiana propone ante la situación actual de diversos municipios alicantinos el aplicar políticas de gasto, lo cual es contrario a lo que se está haciendo. En base a estas premisas, la motivación de la banca rota de Grecia sería la política monetaria llevada a cabo por el Banco Central Europeo con el fin de contener la inflación. No obstante a lo dicho, en la provincia hay municipios como Alcoy en los que el endeudamiento es tal que para incentivar la creación de empleo no hay apenas margen de maniobra. Es el momento para que el nuevo Gobierno alcoyano cambie las cosas.

El Gobierno de Portugal cayó por una disputa sobre las medidas de austeridad, la rentabilidad del bono irlandés ha superado ya el 10% y el Gobierno británico acaba de rectificar a la baja su previsión de crecimiento y al alza su previsión de déficit. El denominador común de todos estos acontecimientos es que una reducción drástica del gasto público cuando los niveles de paro son elevados puede ser un drástico error. La estrategia acertada parece ser dedicarse ahora al empleo y después a los déficits. Desafortunadamente es una estrategia que se ha abandonado por culpa de unos riesgos imaginarios y unas esperanzas ilusorias.

Todo depende del margen de maniobra. En el Ayuntamiento que hereda Antonio Francés es una imperante necesidad crear empleo pero la deuda es demasiado alta como para osar incrementarla. Es ahora cuando el capital financiero no nos puede salvar, cuando es necesario emplear el capital humano. ¿Se puede crear empleo sin que lleve parejo un incremento del gasto público? Sin duda, tan solo es necesario que el nuevo Gobierno sepa armarse de los mejores asesores y que estos se dejen la piel para buscar soluciones. Pero el nuevo Gobierno debe de arriesgar en lo económico, ya que en lo tradicional no hay soluciones para esta situación. De hecho una política económica basada en la austeridad tal y como la que ha venido aplicando el Gobierno anterior podría llevar al desempleo y a la inactividad económica a unos niveles tales que Alcoy acabara por despoblase radicalmente. No parece válido el plan A (incrementar el gasto) ni tampoco el plan B (austeridad) de modo que hay que recurrir al plan C, solo el capital humano (personal formado y creativo) puede aportar soluciones a una situación a la que no llega el capital financiero.




Borja Montaño

Doctor en Economía Aplicada

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